sábado, 6 de diciembre de 2008

El Toribianito Asesino

Bueno, entradas las fechas, y acabado el ciclo, concluye al fin una etapa en mi vida universitaria. Dado el tiempo del que ahora dispongo, he decidido conjurar mis memorias en un relato corto. Espero que les guste.


El Toribianito Asesino

Corrían las 6 de la tarde en la plaza de la bandera, Joaquín Ormeño Ayala salía del turno tarde del colegio Reino de Suecia. Estaba cansado, estaba sucio, estaba misio. Se dirigía a la parroquia, abría un chocolate, se subía la bragueta.

A los 6, edad en la que entró al coro, su mamá, una fanática ultrareligiosa vegana, había roto todos sus posters de smackdown y en lugar de ellos había puesto estampitas gigantes Navarrete de todos los santos.

Este era un toribianito gordito, y pese a que su madre hubiese preferido castrarlo para que quedase inmaculado por siempre, a joaquincito le gustaban las calatas. No tardo el tiempo en que nuestro personaje se adentró en el mundo de la nopor. Era caserito de la kaira en el quiosco del tío cojo que escondía esta literatura sublime debajo del turrón arequipeño.

El Joaquín del que les hablo tiene ahora 13. Llega a la parroquia, se quita la mochila, entra a la iglesia. Se persigna al paso, pega caletamente el chicle debajo de una de las bancas, escudriña su bolsillo lleno de boletos de micro y peluza, se rasca la cabeza, se dirige al señor. Ahí esperándolo está parado el cabrón ese que dirige el coro. Un pelotudo de 35 años que no tiene mejor cosa que hacer que hacer gritar a chibolos. Joaquincito lo detesta. So do I. Comienzan con el megahit del momento “Tarantino”, “taran taran tan tarantiiiíiíínoooo, taranntíiinooo, naranaa”. Pero nuestro devoto personaje no esta pensando en el amor que recibirá de jesucito esta navidad, mas bien desearía estar viendo tele, a la Roca, o en la noche alguna película del 5 sobre mafiosos en una fábrica abandonada, o algún torneo clandestino de pelea en el sur de Vietnam, lleno de chinitos sedientos de sangre, en fin.

Joaquín sabe que en un par de años más tendrá la entereza suficiente para decirle a la ultramontana de su madre que no quiere ir a ese criadero de sanazos que es la parroquia. Sabe que su vieja lo colgaría, que lo amenazaría con los fuegos del infierno y hasta con el chupacabras, pero el está decidido. Va a dejar esta mierda. El no entiende como un cojudo de casi cuarenta años puede seguir metido ahí. De ser él, estaría rockeando, viviendo la vida loca, sería como uno de esos capos de sus películas, rodeado de pollitas ochenteras.

Como el fideo que siempre se queda pegado en el colador, un malévolo pensamiento se queda entre la colada fluidez de la imaginación de Joaquincito. Tiene la pasta, tiene las ganas, tiene todo un mundo por delante fuera de la farándula musical navideña. Tiene la broma perfecta que significaría el fin del coro.

Las fechas estaban muy adelantadas para poder conseguir otro director para el coro, y el desastre que se armaría de seguro asustaría lo suficiente a las madres como para convertirlas al mahometanismo chií, o a los israelitas del nuevo pacto, o algo así. Acabada la sesión, los niños se ven con el párroco. El director del coro se había ido a comprar galletas. Estaba ahí, el folder del marica este, en una mesa a unos metros del tumulto. La oportunidad era perfecta, el tiempo, urgía. En un rápido movimiento, nuestro toribianito sacó rapidamente su Kaira edición sapito sopero y la introdujo con vileza en el folder del mamerto. O coincidencia, el párroco se paró hacia aquella meza puesto que iba a escuchar un ensayo de los niños y quería tener la letra para seguir gozosamente la música. Abrió el folder. Sus ojos no podían creer lo que veían. El viejo, que estaba más frígido que el mar muerto, resucitó de entre los muertos, y Lázaro se puso de fiesta. El espanto fue inmediato. Su ira fue terrible.

El destierro del pedófilo insano no se hizo esperar. La comunidad estaba espantada. La madre de Joaquincito retiro a su hijo de aquel destino insano para siempre. Y es así como nuestro héroe se convirtió en leyenda. Circulaba el rumor entre los del coro y los de breña de un valiente mozo que había derrotado a un pavocabrosano con tan solo una porno. El recuerdo se tornó en leyenda, la leyenda en mito, y fue así como el director del coro terminó cantando con ampli en el rápido (Carabayllo-Villa María).

PD: No sé por que el cuento se llama el toribianito asesino, quizá por que ese día ilustre, algo en su alma de niño murió, quizá porque al director del coro las mamás casi lo linchan. En fin, todo esto es pura mierda, se llama así porque me dio la gana.

Felices fiestas, FIN.

viernes, 22 de agosto de 2008

"Inducción al amor"

Navegando por youtube, me encuentro con este tipo de joyas que a veces se producen para la televisión peruana, nada más que el maestro Mel cochita en una de sus tantas facetas, acompañado de un ingeniero pesquero carreta que se la da de sexólogo. Esta vez, Melcochita nos demuestra su saber criollon-sexológico: "Kama sutra es una persona, como te puedo decir... senxiológica no, que habla del sexo antiguo en el tiempo de los filisteos" JAJAJAJAJA. Me pongo a pensar que clase de cruze histórico tiene que tener una persona para producir un enunciado de tal categoría, es como haber mezclado el programa de Marco Aurelio Denegri con el Super Libro. Definitivamente, genialidades de este tipo tienen denominación de origen.



Luego tenemos a este sujeto que es una suerte de cruze entre el sr burns, el economista González Izquierdo y Badani, que es un ingeniero pesquero que pretende inducir una deshinibición masiva de las peruanas. Pongan especial atención en el acento de su voz, es como si a cada pagina del libro que pasa, quisiera irse encima de la flaca. "y una pregunta, ud cual de estas poses..."-"TODAS". Noten el convencimiento de la respuesta, este tío asi todo enjuto, tiene una secta "Academia del sexo esplendido" y un programa de radio en el cual dice se realiza "INDUCCIÓN AL AMOR". La academia debe ser algo así como un troca-baños turcos mixtos o instituto de kinesiólogas terapéuticas. Sobre el extraño cruze interdisciplinario del autor de este libro, Melcocha nos ilustra "ingeniero pesquero porque pescas a la jerma". Podemos apreciar tb como melcocha desenmascara a Paola Ruiz "Yo de sexo no se nada", a lo que el genial melcocha responde "No te hagas la cojuda", noten por favor la miradita que le dirige a la vedette, es la mirada de la sabiduría cachosa.

domingo, 17 de agosto de 2008

Las fotos en Sepia

Es mi deber, una vez más, traer a la luz un tema que muy en el fondo, perturba a todas las personas que aún no han sucumbido a ser artys: Las fotos en Sepia.
Como comentaba mi amigo "Ser", en un post anterior, hay una corriente extraña, algo rosquetovich, de sacarte fotos """artísticas""", con cámaras muy grandes, y rollos, que han sacado de no se qué película gringa para adultos contemporáneos (ac's).

Las caras que ponen los individuos que se toman estas fotos usualmente tienen miradas perdidas, dubitativas, contemporáneas, posmodernas. Si fue en algun viaje, seguramente fue "entre amigas". Es altamente probable que los individuos, hombres o mujeres, que se tomen estas fotos, encuentren en ellas algo así como un sentido "poético gay y trascendental de la vida".
(la palabra gay es solo un plus).

En fin, las fotos en sepia son el motivo perfecto para socializar, ingresar a un ambiente light, por no decir cabrito light( después definiré qué es un cabrito light).

sábado, 9 de agosto de 2008

La artyficación de las flacas

Hace tiempo que quería dedicarme a un fastuoso tema: la artyficación de las flacas. Definamos que es un(a) arty. Un arty se puede reconocer de la sgte manera:
-Se coloca por lo menos 3 polos uno encima del otro, todos de diferentes colores, con diseños "caletas", "vintage".
-Va con pijama a la universidad.
-Le gusta ser reconocido como un loquito wena onda, o cree que hace poesía con su cuerpo.
-Escucha grupitos cada vez más caletas, por el simple afán de lo caleta.
-Si es hombre, va a la universidad con jean, polo manga larga rayadito y slaps.
-Es una loca.

Básicamente, la artyficación es un fenómeno cultural que tiene como impronta la búsqueda de una identidad muy particular, "genial", ligera. Al parecer este es un fenómeno de los años 80' de algunos países, que se retrasó en el Perú por motivos como la recesión económica. Con la nueva y boyante consolidación del mercado interno, marcas particulares de sectores que tienen capacidad de autorepresentación sumada a una mediana capacidad económica florecen. Este es el caso de los polos de sarita colonia, u otros con motivos reivindicacionistas de todo tipo (desde vallejo hasta motivos "chicha").

Pero el quid de este artículo es el sgte: será el proceso de autoelaboración de la identidad, algo reversible, a two way passage, o devenirá en un estadío de vejez arty. Fuentes faltan. Referencias de viejos y tías artys solo podríamos tratar de encontrar haciendo un símil con el hippismo norteamericano, "los viejóvenes". Un amigo mío sostiene la tesis de que el proceso de búsqueda exacerbada solo dura hasta cierta etapa de la vida, donde ocurre un punto de inflexión, un marcado cambio en las valoraciones, presionado en gran medida por el trabajo y las fuerzas de la formalidad.

(continuará)